Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) comprenden un amplio abanico de patologías. Entre ellas, destaca el síndrome del comedor nocturno, conocido por sus siglas en inglés NES (Night Eating Syndrome), que cada vez afecta a más personas.
La anorexia y la bulimia son las más conocidas, pero no son las únicas, y en los últimos años se ha empezado a hablar de otros desórdenes alimentarios.
Qué es el Síndrome del Comedor Nocturno
También conocido como “hiperfagia nocturna”, este síndrome se caracteriza principalmente por la interrupción del sueño y la necesidad de alimentarse copiosamente por la noche, incluso de forma repetida.
Se suele vincular con obesidad y con un tipo de conducta alimentaria de derivación psicológica, principalmente con cuadros de depresión y ansiedad.
Si sientes agitación por la tarde, que te lleva a comer más de lo normal o si sueles despertarte en el medio de la noche con hambre, puede que sufras de este tipo de desorden alimentario al que afectan múltiples factores.


Este proceso desencadena un círculo vicioso con consecuencias negativas en nuestro ciclo circadiano, es decir, en nuestro reloj biológico, que repercute tanto en la calidad del sueño como en los hábitos de alimentación y la salud emocional.
¿Por qué ocurre el síndrome del comedor nocturno?
El descontrol en la alimentación nocturna tiene una triple matriz. Se relaciona con los trastornos de la alimentación, con problemas del sueño y con nuestro estado psicológico. Se ha demostrado una fuerte relación con el estrés y a menudo está acompañado por un estado depresivo.


Las causas fisiológicas son desconocidas. Según algunas hipótesis, podrían ser de naturaleza hormonal, debido a una producción disfuncional de melatonina o leptina, dos hormonas que desempeñan un papel clave en los ciclos del sueño y del apetito, respectivamente.
¿Qué alimentos se suelen elegir por las noches con este síndrome?
Al ser un impulso que lleva a interrumpir el sueño y a levantarse para buscar comida de forma rápida, es muy habitual el consumo de alimentos procesados, snacks y dulces. Con el tiempo, esto conlleva a un empeoramiento del estado de salud y a un aumento de peso.
En muchas ocasiones, esta ingesta nocturna provoca falta de energía durante el día, ardores y/o pesadez, no tener apetito por la mañana, saltarse el desayuno incluso el almuerzo, que llevan a comer de nuevo más por la noche. Regular estos hábitos es clave para romper este círculo vicioso.


Lo que comemos a lo largo del día y sobre todo en la cena, puede ayudarnos a controlar nuestra ansiedad y rebajar la sintomatología de este trastorno. Echa una vistazo a mi post qué comer para calmar la ansiedad por la noche y descarga mi Ebook gratuito al final de este artículo.
Características de este trastorno
Si bien el síndrome del comedor nocturno, tiene unas características genéricas comunes, se pueden diferenciar cuatro subcategorías relacionadas con esta patología y con los tipos de hambre que se asocian a ella:
- En el primer grupo encontramos a los “comedores de tarde compulsivos”. Se caracterizan por hiperfagia nocturna y anorexia matutina, alimentándose después de cenar de forma compulsiva, incluso manteniéndose despiertos y comiendo hasta el momento de conciliar el sueño. En esta categoría, las personas no llegan a despertarse y a levantarse por la noche.
- El segundo grupo se define como “ansioso-agitado”. Incluye personas que presentan ansiedad por situaciones que sucedieron durante el día y que sucesivamente llevan al episodio de sobreingesta nocturna. Comer les permite tranquilizarse y volver a dormirse.
- Un tercer tipo se caracteriza por asociarse a impulsos repentinos, que podríamos definir como “antojos“. Este tipo de comportamiento es de orden psicológico y no se explica por razones físicas.
- Por último, el cuarto subgrupo está más relacionado con los efectos del insomnio y de un sueño insuficiente. En esta situación, la comida se convierte en el único medio para relajarse y volver a dormirse.


Esto no significa que haya una línea entre una categoría u otra, pero esta primera identificación es un primer paso para poder aportar un enfoque más asertivo a la hora de evaluar e instaurar el tratamiento. En el artículo Síndrome del comedor nocturno: un nuevo trastorno de la conducta alimentaria de Clementina Ellenberg y asociadas, puedes conocer más sobre este trastorno y sus criterios diagnósticos.
Cómo detectar el síndrome del comedor nocturno
Los síntomas del síndrome del comedor nocturno son los siguientes:
- Falta de apetito por la mañana, lo que lleva a retrasar o saltar directamente el desayuno.
- Problemas para conciliar el sueño o para mantenerse dormid@s. Las personas que sufren de esta patología se despiertan con frecuencia hasta que se levantan para comer.
- Sensación de ansiedad frecuente, y sentimiento de culpabilidad en el momento de comer.
- Humor cambiante, tensión y agitación por la noche.
- No se llega a mecanismos compensatorios en respuesta a los episodios de sobreingesta, como, por ejemplo, la inducción al vómito o la toma de laxantes (que sí sucede con la anorexia o la bulimia).
Como ves, los síntomas son muy variados, pero es importante que, para poder hacer un correcto diagnóstico, estos se mantengan de forma continuada. En el caso de que hayas notado alguno de estos síntomas de forma aislada pero repetida, quizá sería momento de consultar con un profesional.
Consecuencias del síndrome del comedor nocturno
Interrumpir el proceso del sueño y alimentarse durante esas horas aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes. Además, el descontrol de los ritmos circadianos al levantarnos en mitad de la noche a comer.
De hecho, quien sufre del síndrome del comedor nocturno suele consumir más de la mitad de las calorías diarias después de la cena, principalmente derivadas de carbohidratos y azúcares.


Con el tiempo se entra en un bucle del cual es difícil salir: los atracones nocturnos aumentan el sentimiento de culpabilidad, lo que empeorará el cuadro de ansiedad y de depresión con el que se había empezado.
Por esta razón, es muy importante contar con la ayuda de un especialista que trate esta patología desde una perspectiva interdisciplinar como la psiconutrición.
Tratamiento desde el enfoque dietético y psicológico
En la mayoría de los casos, los tratamientos se basan en el apoyo psicológico, junto a pautas en el entorno y cómo ir cambiando hábitos progresivamente. Se evitarán dietas estrictas y cualquier tipo de modificación en los hábitos deberá realizarse de forma progresiva, sin cambiar las conductas alimentarias de modo demasiado violento y de acuerdo con la historia clínica del paciente. Para ello, debemos contar con la ayuda de un Dietista-Nutricionista especializado en Trastornos de la Conducta Alimentaria y psiconutrición.
Si es verdad que algunos estudios han confirmado la validez de los antidepresivos como tratamiento para este trastorno, también es muy recomendable que el acompañimiento psicológico.
En todo caso, es fundamental partir de una evaluación psicológica, ya que en una situación de desordene emocional, el uso de regímenes restrictivos podría agravar esta condición.
Por eso, es crucial prestar especial atención a la alimentación, pero sin adoptar posturas demasiado extremas. Algunas recomendaciones genéricas pueden ser:
- Tomar un desayuno completo, aunque no se tenga ninguna sensación de hambre.
- Para el almuerzo optar por una comida rica en fibra, pasta, pan, ensalada, legumbres y carne.
- Prioriza alimentos ligeros y saciantes durante la cena: sopas, cremas, salteados, tortillas o ensaladas. Lo más importante es no saltársela. También añadir hidratos de carbono para aumentar saciedad y satisfacción: patata, arroz, tortitas, crackers, etc.
- Tomar un postre de yogur natural o fruta para acabar con una sensación dulce. Podemos tomar también una infusión de frutas.
- Asegurarnos de ir al baño antes de dormir para evitar levantarnos en mitad de la noche por necesidad de orinar.
- Realizar alguna técnica de meditación o hacer unas respiraciones profundas antes de meternos en la cama.


El síndrome del comedor nocturno deber ser supervisada con el apoyo de un experto, para poder seguir un tratamiento integral que tenga en cuenta hábitos alimentarios, alteraciones del sueño y el estado psicológico de la persona que lo sufre.
Si necesitas hacer alguna consulta sobre tu situación o de algún familiar, escríbeme. Recuerda que una buena #conciencianutricional depende también de cuidar de nuestra salud mental.
Buenas tardes.
Simplemente agradeceros el articulo del comedor nocturno, tengo claro que soy uno de ellos, seguiré vuestros consejos, si no lo consigo os llamare.
muchas gracias de nuevo.
Hola Rafael,
¡Muchas gracias por su comentario! Me alegro de que le haya resultado útil y le facilite herramientas para poner en práctica.
Estaremos encantadas de ayudarle si requiere de nuestra atención.
Muchas gracias a usted. Saludos :).
Hola soy comedora compulsiva por la noche y no puedo evitarlo llevo años así y e engordado 25 y no puedo más más estoy muy fustrada quiero solución porfavor
Hola Isabel, muchas gracias por tu consulta. Durante este tiempo, ¿has tenido algún tipo de asesoramiento nutricional y/o psicológico? Como se comenta en el artículo, es importante estructurar tu alimentación alejado de dietas restrictivas y apoyo emocional también. En Conciencia Nutricional estaríamos encantadas de poder ayudarte.